No es oro todo lo que reduce ¿verdad?, si, tú también tienes un lado oscuro, quizás más difícil de apreciar que el del resto por tu constante buena vibra y tu equilibrio y todas esas cosas que ya sabemos. Pero lo tienes. Y es este. Estás hecho para el ocio, la diversión, la vanidad, la contradicción y la imprudencia en muchas ocasiones. Puedes cambiar de opinión veinte veces en media hora porque nunca tienes nada claro, alguien te ofrece un plan mejor y tus dudas se multiplican por cien. Puedes tener en tu mente que viajarás a Londres en menos de un año pero al final es China y al final es a un pueblo a dos kilómetros de donde vives para obtener conocimientos sobre la medicina cuántica. Así eres tú, ¿ilógico? ¿incoherente? Si, un poco. Y esto es sólo un ejemplo. No te sacias con nada, cuando has obtenido lo que deseabas, ya no lo quieres, pero nunca aprendes, y lo sabes.
En
realidad, lo que tú buscas es el “equilibrio” en tu vida, el orden, así que, para
ti, cualquier deuda que tengan pendiente contigo, tiene que ser pagada, si o
si, ya buscarás tú las formas de hacerlo. Puedes parecer inofensivo, sociable y
caer bien a medio mundo, y te encanta que lo piensen, aunque tú creas de ellos
que son unos mediocres sin futuro, pero jamás lo dirás, porque no quieres herir
sentimientos gratuitamente. Tienes una incapacidad total para tomar decisiones,
a veces te da miedo elegir entre dos opciones porque sabes que perderás una de
ellas, y ¿quién sabe si es la buena? ¿o no? ¿estoy haciendo bien?…y así pueden
pasar horas. Puedes llegar a desesperar a mucha gente cuando tienes que
escoger, pero es lo que hay, no te gusta renunciar y punto. Pero has aprendido
algo, y es que, si dudas demasiado hasta que los demás se irritan a veces
consigues ambas cosas. Prefieren darte todo a esperar a que te decidas.
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