No te salvas de una gran lista de adjetivos cuando tu lado oscuro se muestra, empezando porque puedes llegar a ser mezquino, avaricioso, ambicioso, negativo, frío, rencoroso y pesimista. Si, esta es tu peor cara. Tienes demasiada energía y terquedad para convencer a los demás de que tu camino es el correcto y de que deben seguirte. Sabes engañar a la perfección y eres un maestro en aparentar que eres la persona más segura del mundo, aunque no sea así. No te mostrarás débil ante nadie, es más, utilizarás tu cabeza fría antes que tu corazón cálido. Lo haces para protegerte del daño que puedan causarte.
Eres
demasiado metódico, exacto, preciso, y no cambias. Odias que sean impuntuales
contigo y los tratos a medias. Para ti, no hay matices de grises, o se hace o
no se hace, o te cae mal o te cae bien, o blanco o negro. Tienes rutinas
establecidas en tu vida que no vas a modificar, porque en realidad te vas
bastante bien, aunque a veces seas preso de la monotonía. Cuando quieres ser
malo, lo eres, pero siempre lo haces de forma que nadie sepa que has sido tú.
No te gusta tener enemigos, así que pones las trampas a los demás sin que nadie
sepa que fuiste tú, no hay socios, ni compinches ni camaradas cuando actúas. Lo
llevas en secreto hasta la muerte. Así, jamás pueden descubrirte, estás limpio
y no existe prueba alguna en tu contra.
Aún
no hemos hablado de tu orgullo extremo, muy típico en cualquier Capricornio. Si
te hieren, están acabados, literalmente. Jamás reconocerás que te has
equivocado, puedes fallar, haber elegido mal, pero la palabra equivocación no
está en tus registros. Si te traicionan lo mínimo que harás será devolverla,
con comisiones, y muy altas. No puedes quedarte sentado sabiendo que han
intentado jugar contigo y olvidarlo, no, porque un Capricornio no olvida nunca,
el rencor corre por tus venas así que, los demás tienen que tener cuidado
contigo. Odias las prisas, la gente que hace todo demasiado deprisa, sin rumbo,
a los inestables y a los que fantasean con cosas irreales. Esos son los peores.
Reconoces a los falsos y te encargas de hacerles la vida un infierno. El que te
traiciona, paga. Siempre.
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