Es un signo que se agobia y sufre y se esconde tras su caparazón cuando se siente en peligro, sí, pero ¿qué hay de su lado más oscuro? Ningún signo es ningún santo así que aquí está tu dosis de maldad, chico o chica Cáncer. Tu planeta es la luna, de ahí viene ese carácter lunático que todos los cangrejos soléis tener. Lo mismo puedes estar riéndote a carcajadas como si no hubiera un mañana que llorando a mares y sumergido en la más profunda depresión. Así eres, variable y con balanceos emocionales bipolares. En ocasiones, te vuelves gruñón, susceptible y calculador ante la vida, ante las personas y ante ti mismo.
Te
puede llegar a irritar absolutamente todo. Desconfías de la vida porque tienes
miedo al dolor, y prefieres atacar antes de ser atacado, cazar a ser cazado.
Puedes ser la persona más feliz en un instante de tu vida, pero en cuanto te
ahogas con algún problema, por mínimo que sea, maldices tu presente, te quejas
y te vas a las profundidades sin freno. Al rato, cuando has tocado fondo, te
recuperas, y, probablemente, todo vuelve a ser normal, como si nada hubiera
pasado. Al tiempo, vuelve a ocurrir lo mismo. Así es tu vida, llena de vaivenes
con tus estados de ánimo. A veces, te alegras de las desgracias ajenas, y mucho
más cuando les ocurren a tus enemigos. No es justo que todo te pase a ti ¿no?,
así que cuando ves que alguien está hundido te acercas a “socorrerlo”.
No
se te olvidan las cosas desagradables que han dicho de ti, en la mayoría de
las veces ni olvidas ni perdonas. Lo sabes. Si en algún momento sale a la luz algo
del pasado lo recuerdas como si lo hubieses vivido hace unas horas. Eres capaz
de reabrir el asunto porque para ti, nada está cerrado definitivamente. La
gente que te acaba de conocer piensa que eres tímido y reservado, pero sólo eres
prudente con algunos por miedo a que utilicen información en tu contra. En
muchas ocasiones, eres de los que arriesga sin temor a nada, te lanzas, aunque
sepas que vas cuesta abajo y sin frenos y no miras a los dos lados antes de
saltar y eso a veces pasa factura. Pero, tú, tienes que intentarlo todo. ¿No
hay mucho que perder no?
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